miércoles, 19 de junio de 2013

la lucha por no convertirse en un ermitaño

Buenas tardes compañeros de zulo! 

hoy quería hablaros de uno de los problemas que afecta a gran parte de los opositores: la lucha contra el aislamiento.

Seguro que a muchos de vosotros, como a mí, os ha costado una infinidad acostumbraros a reducir vuestro círculo de colegueo y a contar con cuentagotas los planes o momentos de ocio a compartir con alguien que no sea Carperi.

Por eso os voy a explicar algunos de los errores más comunes para aquellos que intentamos no sentirnos así de marginados.

1. intentar compaginar la oposición con cualquier otra cosa.

Ahora que llevo algo más de un año y medio con "mi propósito" sé, porque la experiencia me lo ha demostrado, que lo mejor que puede hacer un opositor a judicaturas es tener el único cometido que el de estudiar y aprobar.

Hace unos meses, se me presentó la oportunidad de optar a una beca de formación que me alejaba de mi vida monacal un día al mes. Durante ese día, viajaba a Madrid para visitar alguna institución y tenía la oportunidad de poder hablar con alguien que representaba a la misma. 

Cabe decir que la experiencia ha sido 100% positiva: he hecho grandes amigos pero me ha enseñado que esta oposición requiere de toda mi concentración y ánimo. 

Aunque en un principio pensé que sería una manera de motivarme y desconectar de la vida tan aburrida de un opositor, compaginar nuestro modus vivendi con cualquier otra cosa requiere de mucho esfuerzo para no torcerse. 

Por eso, mi consejo es que si tenéis elección, os centréis en esto. Hay gente, que dada la situación actual, tienen que combinar la oposición con el trabajo y desde aquí quiero mandarles mucho ánimo porque no debe resultar nada fácil.

2. sprintear entre semana y tener un merecido fin de semana.

Seguro que cuando empezasteis, más de uno estuvo probando este método erróneo. Y es que nuestra oposición requiere tanto amor por el temario que no te puedes olvidar de él más allá de un día a la semana.

En fin, amigos, me gustaría que me comentaseis algunas de las cosas que habéis hecho vosotros para no sentir que vais a contracorriente de la humanidad, y que al final, pese al esfuerzo, han resultado en vano.

un abrazo,


miércoles, 12 de junio de 2013

NO HACE FALTA MORIR PARA ESTAR MUERTO

A veces, no hace falta morir para estar muerto. Ese era el diagnóstico de mi oposición un par de semanas después de hacer el test. Y es que, aunque retomé después de los días de descanso el estudio con más alegría, mis miedos se habían multiplicado como los panes y los peces, así que decidí hacer un alto en el camino.

Me imagino que, como a la mayoría de vosotros, el sufrimiento por la situación actual de las oposiciones es algo que nos da más de un dolor de cabeza. Yo, persona planificadora desde que tengo uso de razón, siempre he tenido ese hándicap a la hora de preparar la oposición. El pensar si aprobaré o no, cuándo, en el caso de que no apruebe que haré, cómo y cuándo habrá convocatoria y una lista interminable de ETC con los que puedo llegar a amargarme el día si me lo propongo.

Así pues, como persona impaciente que soy, siempre me decía a mi misma que después del test ya me plantearía los pros y los contra de seguir con este camino. En definitiva que cuando ese día llegó y vi que seguía teniendo las mismas dudas que unos meses atrás me planteé hablar seriamente con el preparador sobre si dejarlo o no.

De ahí mi ausencia con el blog.

Cabe decir que aunque mi parón no duró más de 8-9 días, me vino muy bien llegar a ese punto para darme cuenta de cuanto quiero esto. Ahora ya hace unas tres semanas que estudio y la verdad es que no hay ni un día, todavía, en el que haya estado baja de ánimos o agobiada por hacer esto.

Para ser justos, creo que sería bueno deciros cuales fueron mis motivos para plantearme dejar la oposición, porque quizás llegue un día en el que os sintáis así.

(1) En primer lugar, los días se me hacían muy largos y no tenía motivación por sacar pronto el estudio y así poder salir. Muchas veces, caía en el error de no aprovechar la mañana del todo y por lo tanto acababa casi a la hora de cenar.

(2) Eso, hacía que me sintiese muy sola, aburrida y baja de moral. 

(3) Por lo que cada vez estudiaba con menos seguridad y empecé a dudar de mis capacidades y aptitudes.

Mi consejo cuando os pase algo así es que paréis para pensar y saber que es lo que realmente queréis.

No os podéis ni imaginar cuantos consejos dispares me dieron durante esos días sobre CONTINUAR/DEJAR las opos. Daría para hacer un post sobre ese tema. os hago un breve resumen:

- PADRES: por norma general quieren que sigas esforzándote, aunque no entienden en su mayoría el esfuerzo que supone, ya que como dice mi preparador, solo los que lo han pasado saben lo que supone la oposición. Todo y con eso son mayores y nos desean lo mejor, así que yo fue una de las opiniones que más valore.

- HERMANOS: en su mayoría no entienden esa obsesión tuya de pasarte la juventud estudiando y si que te de el sol, siempre que me quejo de la oposición, me animan fervientemente a que la deje.

- AMIGOS o NOVIO/A: la verdad es que son un conjunto que realmente escucha tus pros y contras, aunque ya se los sepan de memoria, y aunque no tienen una opinión en conjunto, lo que dicen les sale muy de adentro.

- OTROS: por mi situación actual, tuve la suerte de poder preguntarle a personas que para mi tienen un futuro profesional brillante y nada que ver con la judicatura. Hablé de este tema con algunos políticos experimentados. Mi consejo es que no lo hagáis. Porque, aunque se hace con la esperanza de que te den un buen consejo, la gente no quiere mojarse, ni te conocen lo suficiente como para saber que es lo mejor para ti. Tener una buena carrera profesional no equivale a tener las herramientas para adoctrinar a otros.

- TU PREPA: lógicamente, ésta es la opinión que más en cuenta tuve de todas. El preparador se acaba convirtiendo en esa persona que "te conoce" y conoce el mundo de la oposición y todos sus efectos.
Las palabras que me cambiaron el modo de ver esto fueron las suyas. Y es que como él dice, es  muy diferente no saber si uno quiere ser juez o fiscal a estar baja de ánimos. 

En fin, siento mi descuido con el blog. Espero ser más regular desde este momento. También quería pediros disculpas por esta entrada "tan seria" y ñoña, pero no quería ponerme a escribir sin más, como si no hubiese pasado nada. 

Decían antaño que cuando el ave fénix se consumía, resurgía de sus propias cenizas. Espero que podáis aprender de toda mi experiencia y que sino cual ave fénix seáis lo suficientemente fuertes para salir a flote y sobreponerse a las adversidades.

un abrazo,